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Argonáuticas 2.0

Detectivismo Literario

Literaturas orales (1)

jueves, marzo 30, 2006

La literatura política suele ser mala. Pero la política también da lugar a otra tipo de registro literario, a una cierta sensibilidad de la fantasía.

Un episodio curioso, desoladoramente significativo en ese capítulo desmesurado que es la literatura oral de la revolución bolivariana ha ocurrido, precisamente, en estas mismas semanas: un magistrado que renuncia, un ministros de Interior y Justicia que acusa al magistrado de corrupto, el mismo magistrado que insinúa disponer de ciertos documentos que comprometen al ministro (uno se queda sin entender por qué será que no los muestra), una que otra referencia a lo bien que le ha ido, curiosamente, al hermano mayor del ministro.

(Uno se queda con la duda. La literatura oral, la buena literatura oral, siempre lo deja a uno con un principio de duda, con una expectativa de desenlace. La literatura oral está siempre llena de sorpresas).

Buscando en internet descubro una de esas sorpresas, es esta: puede existir un nombre más curioso que el nombre del excelentísimo ministro de Interior y Justicia, el ministro Jessie. Ese nombre es el nombre de su hermano: Arné.

Otra sorpresa: descubrir a Arné es descubrir a un paladín de la litetura. Es descubrir el increíble sentido del relato oral, la precisa, la hiperbólica factura de narrador oral de nuestro buen Arné Chacón, quien en un episodio de desesperada levedad puede pasar, pasa, ha pasado de modesto teniente de fragata retirado, a accionista de un banco en desgracia. Más: a accionista de un banco cuyas acciones le son vendidas a crédito. O medio a crédito: él se las va pagando al dueño, de a poquito.

Ni en los sueños más desaforados de Victor Hugo. Ni en los sueños más cándidos de la ascensión social bolivariana.
Es sorprendente el poder de la literatura. Uno recuerda tantos libros. Uno recuerda, por ejemplo, Otra vuelta de tuerca, cuyo título original es The Turn of the Screw, el cual puede y debe ser traducido por La Coacción.

Pero divago, sin duda. Mejor dejar hablar a la literatura oral. Por eso, aquí va una pequeña muestra de este prodigio de lo real maravilloso. El texto completo puede ser leído justo aquí.


Mucho se ha informado en La Razón y en varios medios impresos respecto a un paquete accionario de Baninvest adquirido Arné Chacón Escamillo, hermano mayor del ministro del Interior y Justicia Jesé Chacón, así como la participación de varios miembros de la directiva de dicha entidad, que representarían las acciones del vicepresidente José Vicente Rangel.

Sobre la mano peluda que pudiera estar hilvanando los hilos de un enrevesado tejido de ambición y enriquecimiento por vías dudosas, el propio Arné Chacón decide romper el silencio y habla de manera exclusiva para La Razón, con la intención de despejar la incógnita y aclarar que no tiene nada que esconder, alegando que está siempre dispuesto a conversar con los medios de comunicación social sobre su participación ya sea en la esfera pública o privada. Arné Chacón es teniente de fragata retirado, graduado en la Armada argentina en 1987. Es licenciado en ciencias navales, con maestría en gerencia empresarial. Pertenece a la promoción de 1986 que llevó por nombre "Almirante Matías Padrón".

Participó en la intentona golpista del 27 de noviembre de 1992, por lo que estuvo preso desde esa fecha hasta el 12 de febrero de 1994, en el cuartel San Carlos. Posteriormente, fue indultado y militó activamente en las filas del MVR. Niega haber pertenecido al PPT y a La Causa R, como se ha señalado en algunas ocasiones.

EL MALO DE LA PELICULA

Explica Chacón que el capital suscrito y pagado por Baninvest asciende a ocho millardos de bolívares y que hasta el momento, el noventa por ciento del capital pertenece al señor Pedro Torres Ciliberto y el diez por ciento restante es de una empresa cuyo nombre no recuerda. "Ya se presentó en junta, es del conocimiento de mucha gente y va a ser del conocimiento público, que yo estoy en el banco por un acuerdo con el señor Pedro Torres Ciliberto. El acuerdo consiste en que me hago cargo del banco como presidente, asumo toda la responsabilidad que eso implica y él me cede, en venta, el 49 por ciento de las acciones. No está todavía protocolizada porque estamos actualmente cumpliendo los pasos que exige la Superintendencia de Bancos (Sudeban). En el momento que Sudeban lo apruebe, el 49 por ciento de las acciones pasan a mi poder".

- ¿Torres Ciliberto, como principal accionista, no podía ejercer la dirección del banco?

- El señor Torres Ciliberto no podía manejar el banco debido a múltiples ocupaciones y las personas que tenía encargadas del banco no estaban haciendo lo propio. De hecho, recibí el banco con muchos problemas. El acuerdo al que llegamos tiene varios puntos, el primero es que, me venía como presidente del banco si tenía el control de la junta directiva, porque no iba a aceptar una junta directiva que estuviera torpedeando el trabajo que fuera hacer, lo cual aceptó.

- ¿Qué condiciones le puso usted a Torres Ciliberto?

- Le dije que como tenía que dedicarle al banco las veinticuatro horas del día necesitaba cubrir los gastos completos de mi familia. Le pedí un salario inicial de 15 millones de bolívares; los presidentes de bancos ganan mucho más que eso, pero como este banco tenía problemas solo pedí esa cantidad, condición que también aceptó. Le dije que quería la mitad del banco, eso si no le gustó mucho, entonces le comenté que Baninvest era un banco que había que sacar a flote, y que si lograba hacerlo, lo ideal sería que tuviera una contraprestación a largo plazo, pensando en el futuro de mis hijos y al final me la aceptó.

- ¿Con qué dinero usted pagará el 49 % de las acciones que le compró a Torres Ciliberto?

- ¿Cómo se lo pago? No tengo plata para pagarle. El acuerdo fue que, la mitad de las utilidades que me generara mi trabajo como presidente, más los dividendos que las acciones que me corresponden devengaranirían a dar a una cuenta para ir rebajando la deuda que tengo con él.

De manera que, el traspaso a cuenta es totalmente a crédito.

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Por P. E. Rodríguez/R.Coll, 9:23 a. m. | Enlaces | 0 comentarios |

Solitarias batallas humanas

domingo, marzo 26, 2006


Siempre me ha gustado pensar que las victoras decisivas son victorias pequeñas, diminutos gestos anónimos, explosiones íntimas, privadas, casi secretas. Siempre me ha gustado pensar que las utopías tienen sentido en la medida en que somos leales con nuestras propias creencias, en la medida en que podemos actuar ante un mundo en el que creemos, aunque ese mundo no esté allí, aunque ese mundo sea la ficción de un deseo, de un sueño.

Sospecho que es por eso que siempre me han aburrido los líderes carismáticos y efectistas, los prestigitadores de la felicidad automática, los entusiastas del decreto. Sospecho que es también por ese motivo que admiro sinceramente a las personas que han tenido la valentía de ser leales a sí mismas, sin esperar ninguna otra retribución para ello que la serenidad de su propia consciencia.

Hoy leo en El Nacional (ese periódico tan poco estimado por quienes sólo parecen tolerar una prensa que acompañe, con el ritmo de una comparsa militar, el delirio de nuestro principal declamador nacional: un teniente coronel narciso y obeso), un artículo escrito por Tomás Eloy Martínez.

Se titula "La batalla de un hombre solo", y cuenta la historia del editor Boris Spivacow ante la arbitrariedad, ante la estupidez del gobierno de la dictadura argentina. Pero también cuenta, de pasada, la historia de quienes no siempre logran estar a la altura del heorísmo que significa ser leal a los propios principios.

En un lugar del artículo, se lee:

En aquellos tiempos enloquecidos, los escritores que vivíamos fuera de la Argentina no entendíamos muy bien cómo Spivacow y otros intelectuales podían pensar y expresarse sin que los destrozara la violencia de las mordazas oficiales. Después de que el régimen desencadenó el apoyo incondicional de muchas inteligencias que parecían independientes durante las semanas en que la Argentina ganó la Copa Mundial de Fútbol, en 1978, terminamos por admitir que las únicas estrategias legítimas para oponerse a la barbarie sin exponer la vida eran callarse la boca o aludir de soslayo a la realidad, como había dictaminado Borges en sus elogios a la censura durante el primer peronismo.

Spivacow no lo creía así y, a fines de 1978, cuando más tinieblas asomaban en el horizonte, dio la única lección de dignidad y resistencia a que se haya arriesgado alguien cuyas espaldas no estaban cubiertas por otro escudo que el de su optimismo.

Así sigue.

Buscando en internet lo he conseguido en un blog costarricense. Pulsando aquí puede leerse el texto completo.

Vale la pena, literalmente. Vale el orgullo de lo humano para lo que hasta ahora ha sido (al menos para mí), una silenciosa y cálida mañana de domingo donde clocks, de coldplay, suena una y otra vez en mis audífonos, musicalizando esa cosa brillante y rara que miro allá afuera y que, quisiera pensar, se trata llanamente del mundo, girando en su sordidez, en su belleza, en su delirio, repleto de sus pequeñas y decisivas historias.

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Por P. E. Rodríguez/R.Coll, 9:23 a. m. | Enlaces | 0 comentarios |

La escritura de la locura

sábado, marzo 25, 2006


En 1793, el poeta Christopher Smart acabó completamente loco. En el camino a su locura, compuso Jubilate Agno. Aquí va un fragmento.


For the power of some animal is predominant in
every language
For the power and spirit of a CAT is in the Greek.
For the sound of a cat is in the most useful
preposition...
For the Mouse (Mus) prevails in the Latin.
For edi-mus, bibi-mus, vivi-mus, ore-mus...
For two creatures the Bull & the Dog prevail in the
English,
For all the words ending in ble are in the creature.
Invisible, Incomprehensi-ble, ineffa-ble, A-ble...
For there are many words under Bull...
For Brook is under Bull. God be gracious to Lord
Bolingbroke.


Lo cual podría decirse en castellano más o menos así:

Porque el poder de algún animal predomina en cada lenguaje.
Porque el poder y el espíritu de un GATO está en el griego.
Porque el sonido de un gato está en la más útil de las preposiciones...
Porque el ratón (Mus) prevalece en el Latín.
Porque edi-mus, bibi-mus, vivi-mus, ore-mus...
Porque dos animales el Toro y el Perro prevalecen en el Inglés,
Porque todas las palabras que terminan en ble en la criatura está.
Invisible, incomprensi-ble, inefa-ble, posi-ble...
Porque hay muchas palabras bajo el Toro...
Porque Arroyo está bajo Toro. Dios tenga en gracia a Lord Bolinbroke.


Fragmento de Jubilate Agno, de Christopher Smart [Tomado de: Anatomy of Criticism, Four Essays. Northrop Frye (1977)]

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Por P. E. Rodríguez/R.Coll, 9:22 a. m. | Enlaces | 0 comentarios |

Nostalgias

sábado, marzo 18, 2006

Los textos permanecen. Pero el recorrido de nuestra mirada sobre ellos cambia, muta, mejora, se empobrece. Hubo una época, hace años, en la que leí Rayuela (que, por cierto, puede encontrarse íntegramente en internet gracias al Proyecto Rayuel-o-matic) con el mismo impulso febril de un amante adolescente, torpe, desenfrenado, pero también un poco iluminado.

Esta semana, en una conversación en la que no tenía por qué venir a cuento, alguien me hablaba con entusiasmo de un capítulo de la novela. Noté que podía recordar de memoria las primeras tres líneas, pero no podía recordar qué capítulo era. El 5, el 6, el 7?

Puesto que tenía algunos otros problemas más apremiantes que afrontar (afrontar es una palabra horrible, dicho sea de paso) es apenas hoy que puedo darme una vuelta por la biblioteca, encontrar la novela, develar la incógnita. Era, naturalmente, el 7. Lo leo, y siento, de pasada, que lo estoy leyendo como quien lee una antigua carta de amor. Me hace recordar que, después de todo, toda lectura es un modesto, un íntimo ejercicio de autobiografía. El capítulo es este:

Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano en tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.

Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y los ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancias oscuras. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua.

Julio Cortázar, Rayuela. Cap. 7.

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Por P. E. Rodríguez/R.Coll, 9:21 a. m. | Enlaces | 0 comentarios |

Luchas asimétricas

domingo, marzo 12, 2006

Si el movimiento feminista de las últimas décadas ha tenido algún valor ha sido, precisamente, su evidente capacidad de rescatar dentro de la escena social algunos temas críticos respecto a las inequidades de género.

Se trata, después de todo, de un movimiento que ha logrado de un modo convincente, sostenido, una visibilización coherente, responsable, ética, ante las perversiones cotidianas y estructurales en los temas de género.

Creo que es razonable pensar que somos muchos los que hoy en día hemos aprendido algo sobre el tema de género como consecuencia de las presiones sociales generados por el feminismo. Más: los que hemos intentado (o seguimos intentando) comprender el tema de género no sólo desde el exquisito laboratorio de las realidad sociales, sino además desde la realidad concreta que a cada quien le toca vivir.

Es justo por eso que resulta lamentable ver el modo como el activismo chavista venezolano parece apropiarse del día de la mujer para sostener una denuncia que, sin dejar de ser legítima, representa también una cortina de humo sobre las condiciones básicas de inequidad que sigue confrontando la mujer en Venezuela.

Como puede leerse justo aquí, la actividad de manifestación del día correspondió, exclusivamente, con la solicitud de retirada de las tropas nortemericanas de Irak y el apoyo a la señora Cindy Sheehan. El reportaje insinúa que, además, dos valerosas diputadas chavistas se pusieron en dimes y diretes con la diplomática gringa que les recibió las firmas. Da la sensación, en conjunto, que el día de la mujer significó una verdadera lucha. Da la sensación, si se considera la consigna de la protesta: "No permitiré que mi hijo mate al tuyo", que el día de la mujer quedó bien resuelto con ese punto de discusión materno.

Ese mismo día, el teniente coronel Hugo Chávez se quejaba, adolorido, del abuso que las fuerzas policiales de NY cometieron contra la Señora Sheehan, la única pacifista que conozco interesada en apoyar a un gobierno militarista. Uno casi podría alegrarse por el hecho de que un presidente tome esos temas domésticos como un problema relevante dentro de su agenda política. Lástima que no le interese tanto el abuso que han cometido los policías de aquí contra otras Señoras menos notorias: pero sobre todo, menos chavistas.

Tengo aún fresco en el recuerdo de los días del paro nacional, cuando los tombos de Freddy Bernal lanzaban gases lacrimógenos contra un grupo de veinte mujeres que protestaban contra el gobierno de Chávez. Al pasar junto a uno de esos policías que reía, encantado, por el juego asimétrico de combate le pregunte si, en realidad, no había otra forma de manejar esa situación de protesta. Sin parar de reír, el policía me explicó que eso no era culpa de él: que a esas mujeres lo que les faltaba era un hombre que le diera donde era. Un razonamiento que, por cierto, poco tiempo después le escuché al mismo teniente coronel Chávez como modo de explicar sus diferencias con la Secretaria de Estado Norteamericano.

Pareciese que ese pudiese ser un tema importante para considerar en el día de la mujer, ¿no?

En aporrea.org, portal de noticias "a favor del gobierno de Hugo Chávez", como se explica desde su link en google, trascribían para ese mismo día 8 de Marzo un panfletico de felicitaciones partidistas por parte de algo que se llama UNT, sea lo que sea lo que eso signifique. El comunicado es insignificante, pero resulta ilustrativo de la partidización del tema. Dice así:

Hoy en el contexto histórico donde se encuentra nuestra patria, celebramos, reivindicamos y dignificamos el papel preponderante de la mujer al lado del hombre, en la lucha contra el imperio, en la lucha contra la guerra y en la lucha por la paz. Para construir una sociedad justa y de iguales hay que erradicar la explotación de los seres humanos. Celebramos con el corazón henchido de esperanzas y compromisos para que entre todas y todos derrotemos la canalla imperialista y sus acólitos capitalistas locales que hoy como ayer pretenden someternos a su ignominia.

Desde la UNT elevamos nuestro abrazo emancipador, revolucionario y socialista a todas las mujeres venezolanas, muy en especial a las trabajadoras. Desde nuestra lucha como clase social nace el 8 de marzo día internacional de la mujer. Esa lucha de las mujeres de entonces, por salario y por el respeto a su derecho de reclamar sus intereses sigue vigente. Llamamos a todas las mujeres para convertir a la UNT en un frente de lucha por sus derechos.

Por la Coordinación Nacional de la UNT: Orlando Chirino, Stalin Pérez Borges, Ruben Linarez.


Por cierto, uno se pregunta, ingenuo como es: ¿por qué será que no está ninguna mujer dentro de esta Coordinación Nacional de la UNT?

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Por P. E. Rodríguez/R.Coll, 9:21 a. m. | Enlaces | 0 comentarios |

El encanto de todo residuo

sábado, marzo 11, 2006

A veces, cuando leo, me fijo un post it mental que dice: esta es una cita. Recuérdala. Inútil pensar todas las veces que he hecho eso. Inútil imaginar el cuaderno de notas donde podrían estar archivados esos residuos.

Aún así, por algún lado se empieza. Aqui va esta de ayer, cuando la descubrí iluminado apenas por la tenue luz de la lámpara de noche, apunto de ese desplome encantador, de ese abandono confiado que es el sueño:

Me encontraba bien en el baño de Alma, entre los tubos y los frascos alineados en los estantes del armario de las medicinas, o que cubrían la superficie de la pequeña cómoda que había junto a la ventana. El cepillo de dientes rojo en su soporte de encima del lavabo, las barras de labios en sus estuche dorados o de plástico, el cepillo del rímel y el lápiz de ojos, la caja de tampones, las aspirinas, el hilo dental, el eau de cologne de Chanel n.º5, el bactericida hecho con receta. Cada uno de ellos era un signo de intimidad, una marca de soledad e introspección.

Paul Auster,
El libro de las Ilusiones
.

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Por P. E. Rodríguez/R.Coll, 9:20 a. m. | Enlaces | 0 comentarios |

Cerrar

miércoles, marzo 08, 2006


Lo pensaba en estos días: ¿cuál será la mejor manera de cerrar un blog? Una respuesta entre las tantas posibles apareció, de pronto, esta noche en mi pantalla.

Es esta:

De repente...
martes, marzo 07, 2006
...se acabó lo que se daba.

A todos gracias.

El blog es (o era) prosa inofensiva.

Nunca está de más un buen final; aún así, es una lástima.

ACTUALIZACIÓN
Sábado, 11 de Marzo


Suelo pensar en cosas poco prácticas. Sobre todo en las largas, las desoladas colas de Caracas. Pienso, por ejemplo, en la palabra pavimentum, o en cómo algún arquitecto del imperio incaico logró convencer a los demás en la utilidad de hacer siembras en las terrazas laterales del Machu Picchu como un modo de sortear, al menos en parte, los riesgos de desmoronamiento. En estos días, esperando cruzar una calle para ir al odontólogo, pensaba en lo común que nos resultan los carros. En el hecho de que, después de todo, acaban por ser naturales. Pensaba (y era algo cierto, pero también algo tonto) que lo que hoy conocemos como automóviles es sólo un accidente, que las versiones de trasporte podrían ser radical, inusitadamente distintas. Por ahí me fui hasta llegar a los medios de trasporte espaciales, a las versiones Star wars que, secretamente, todos alimentamos dentro de nosotros mismos.

Supongo que debe ser por eso que, entre tantas cosas poco útiles, en estos días me ha dado por pensar en el post como parte de ese tema quizá algo trillado del artículo efímero, del depósito de notas rápidas, destinadas al olvido.

La invitación a leer un blog que acaba de cerrar (y que no pude explicar bien pues, después de todo uno tiene que gastar más tiempo del conveniente en ganarse la vida), tiene que ver con eso: con el disfrute de leer una viñeta bien escrita, encantadoramente caduca. Como esta, por sólo citar un ejemplo.

Será morbo, quizá, pero comienzo a pensar con algo de desequilibrado entusiasmo que los blogs adquieren una coloratura emocional peculiar y fascinante cuando, precisamente, se acaban.

Eso más o menos.

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Por P. E. Rodríguez/R.Coll, 9:19 a. m. | Enlaces | 0 comentarios |

En todas partes (1)

sábado, marzo 04, 2006


¿Qué pasaría si el inicio de ciertas canciones fuesen, de pronto, el inicio de un cuento? O mejor: de una novela.

Algunas canciones de los años recientes, canciones que, con seguridad, pueden estar lejos de representar un paradigma literario (o incluso, en algunos casos, apenas si sobrevivirán al recuerdo), pueden de todos modos alentarnos a soñar el inicio de una historia. De ese pequeño estallido de un universo autónomo que es un relato.

Son, deben ser miles. En las últimas semanas, en ratos desocupados, he ido construyendo una pequeña lista guiándome, apenas, por una regla inexorable: tomar sólo la primera linea.

Aqui van las primeras cinco:

1. "As I walk through the valley of the shadow of death"
(Coolio, Gangsta's Paradise)

2. "Mi espectro perverso, mi lívido porno"
(Fito Páez, Desierto)

3. "In my dreams I'm dying all the time"
(Moby, Porcelain)

4. "HOjalá que las hojas no te toquen el cuerpo cuando caigan"
(Silvio Rodríguez, HOjalá)

5. "Please allow me to introduce myself"
(The Rolling Stones, Sympathy for the devil)



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Por P. E. Rodríguez/R.Coll, 9:18 a. m. | Enlaces | 0 comentarios |

Stuka

jueves, marzo 02, 2006


Durante años, el horror para mí fue el perfil afilado de un Junker Ju-87 Stuka. El Stuka (contracción de la palabra Sturzkampfflugzeug, algo así como bombardero aéreo) es justo el mismo bombardero que parece estrellarse contra el texto de este post.

Ahora, con el paso del tiempo, puedo volver a muchas tardes de silencio, cuando la imagen de mamá era, aún, la imagen de una mujer joven vestida con una bata azul pálido, en un lugar repleto de arboles, de grillos, en las que una y otra vez dibujé en mi cuaderno anillado de dibujos la forma de su morrión de tiburón (que escondía, furtivo, su motor de pistón Junkers Jumo 211P), la curvatura de sus alas de vampiro, el parecido a un insecto art déco de los cristales de su carlinga, el ángulo de su cola, el horror de su sirena en picada durante el blitz sobre Londres.

Algunos niños le temieron a los monstruos de los cuentos infantiles, a la oscuridad, a los fantasmas de una noche de fuertes vientos.

Mi horror fue el Stuka. Mi horror comenzó una tarde de principios de los ochenta cuando abrí, sin saberlo, las páginas de una enciclopedia de doce tomos y, en cierta forma, se acabó una parte de esa segura ingenuidad que es toda infancia feliz.

Pienso en esto pues el pana Pratt (con quien tantas veces he hablado de estas cosas al filo de una que otra madrugada), tiene hoy un post con un residuo traumático parecido, brillantemente escrito, que me hizo evocar el mío. El post del Pratt puede ser leído justo aquí.

Una última cosa. Lo traumático recuerda a los amores desastrosos: invitan una y otra vez a mirar el vértigo de todo vacío. Hasta que uno sucumbe por cansancio, por habituación. Incluso por fastidio.

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Por P. E. Rodríguez/R.Coll, 9:18 a. m. | Enlaces | 0 comentarios |