Dusklands: un fragmento
sábado, septiembre 10, 2011
Mi cubículo de la biblioteca es gris, y está provisto de un estante gris y de un pequeño cajoncito gris para guardar los artículos de oficina. Mi despacho del Instituto Kennedy también es gris. Escritorios grises y luces fluorescentes: funcionalismo de la década de 1950. He coqueteado con la idea de quejarme, pero no se me ocurre ninguna manera de hacerlo sin exponerme a contraataques. La madera noble está reservada a los directores. Así que rechino los dientes y sufro. Planos grises, la luz verde y sin sombras bajo la cual floto como un pez abisal pálido y aturdido, me infiltro en los centros grises de la memoria y me ahogo en fantasías de amor y de odio por ese yo que agotó el fuego de sus años vigésimo tercero, vigésimo cuarto y vigésimo quinto bajo el resplandor fluorescente del Datamatic, ansiando durante periodos agónicos que llegaran las cinco de la tarde con su ambigua promesa hesperia.
Imagen vía: Profmike´s Weblog
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