El encanto de todo residuo
sábado, marzo 11, 2006
A veces, cuando leo, me fijo un post it mental que dice: esta es una cita. Recuérdala. Inútil pensar todas las veces que he hecho eso. Inútil imaginar el cuaderno de notas donde podrían estar archivados esos residuos.
Aún así, por algún lado se empieza. Aqui va esta de ayer, cuando la descubrí iluminado apenas por la tenue luz de la lámpara de noche, apunto de ese desplome encantador, de ese abandono confiado que es el sueño:
Me encontraba bien en el baño de Alma, entre los tubos y los frascos alineados en los estantes del armario de las medicinas, o que cubrían la superficie de la pequeña cómoda que había junto a la ventana. El cepillo de dientes rojo en su soporte de encima del lavabo, las barras de labios en sus estuche dorados o de plástico, el cepillo del rímel y el lápiz de ojos, la caja de tampones, las aspirinas, el hilo dental, el eau de cologne de Chanel n.º5, el bactericida hecho con receta. Cada uno de ellos era un signo de intimidad, una marca de soledad e introspección.
Paul Auster, El libro de las Ilusiones.
Aún así, por algún lado se empieza. Aqui va esta de ayer, cuando la descubrí iluminado apenas por la tenue luz de la lámpara de noche, apunto de ese desplome encantador, de ese abandono confiado que es el sueño:
Me encontraba bien en el baño de Alma, entre los tubos y los frascos alineados en los estantes del armario de las medicinas, o que cubrían la superficie de la pequeña cómoda que había junto a la ventana. El cepillo de dientes rojo en su soporte de encima del lavabo, las barras de labios en sus estuche dorados o de plástico, el cepillo del rímel y el lápiz de ojos, la caja de tampones, las aspirinas, el hilo dental, el eau de cologne de Chanel n.º5, el bactericida hecho con receta. Cada uno de ellos era un signo de intimidad, una marca de soledad e introspección.
Paul Auster, El libro de las Ilusiones.
Etiquetas: La literatura está en todas partes