Alejandro Rossi passed away
sábado, junio 06, 2009
Se fue Rossi. No es, no tiene por qué ser una sorpresa. Nació en Florencia, en el año de 1932. Tenía 77 años. Era un sujeto lúcido, irreverente, brillante. Un escritor obsesivo, con un registro en prosa casi perfecto. No era un inmortal. Era, aunque pocos lo supiésemos, uno de los mejores escritores en castellano de todo el siglo XX.
Fantaseo que, a diferencia del viejito Benedetti, cuya muerte activó la voz de tantos malos poetas que le confirieron el dudoso honor de ser su referente, todos aquellos que en verdad nos sentimos deudores literarios de Alejandro Rossi no incurriremos así no más en la fácil cursilería, en el culto a la necrofilia simplona, en el amor ineficiente por el sollozo.
La muerte es siempre algo poco elegante. La muerte es, salvo contadas excepciones, una fea noticia. Sin embargo, consuela pensar que, en su caso, es casi irrelevante que, en medio de una obra pequeña y decisiva, el recorrido de Rossi deba precisar el día 6 de junio como colofón de su viaje minucioso y alucinado por el mundo.
Rossi deja una obra filosófica compleja y elegante, como él mismo. Deja uno de los mejores libros en prosa que se han escrito en nuestro idioma. Un libro sobrio, potente, minucioso, susurrante. Posiblemente una de las obras literarias de más dificil clasificación en castellano: El Manual del Distraído.
Apenas me parece razonable apuntar que, en las tantas horas en las que me he sumergido en el placer y el temor de componer una página, han sido muchas las veces en las que el recuerdo de Rossi me ha asaltado como un hado silente. Estoy seguro que esta noticia de hoy no alterará sustancialmente ese hecho que corresponde, como es debido, a la privacidad de los buenos afectos.
Imagen vía: Letras Libres
Etiquetas: Post-it
4 Comments:
commented by Víctor, junio 07, 2009 9:28 a. m.
Así es, Victor.
Me parece, de hecho, que esa actitud es imprescindible si uno, realmente, cree haber entendido algo leyendo a Rossi.
Te mando un saludo muy afectuoso hasta aquellas lejanías
Me parece, de hecho, que esa actitud es imprescindible si uno, realmente, cree haber entendido algo leyendo a Rossi.
Te mando un saludo muy afectuoso hasta aquellas lejanías
commented by junio 07, 2009 10:18 a. m.
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El mejor homenaje que le podemos hacer es leer y difundir su obra, salvarlo del olvido.
Así es, Digiletras. Ese es, con justicia, el mejor de los homenajes.
Gracias por la visita.
Gracias por la visita.
Saludos.