Como quien se mira en el agua de los charcos
miércoles, mayo 14, 2008
Es posible que una de las cosas más notables de Roberto Bolaño sea la capacidad de ser, (aún después del riguroso script de la muerte), un escritor difícil de clasificar en ese Empíreo algo cursi de las notoriedades donde casi siempre sobra un bigote, unas pastillas mal puesta, un terno, una cuenta de restaurant, pero casi siempre termina por faltar algo de buena literatura.
Para muestra, esta belleza del ya remoto año de 1990:
Autor: Roberto Bolaño
Título: Mi carrera literaria
Vía:Tomashotel
Para muestra, esta belleza del ya remoto año de 1990:
Rechazos de Anagrama, Grijalbo, Planeta, con toda seguridad
también de Alfaguara, Mondadori. Un no de Muchnik,
Seix Barral, Destino… Todas las editoriales… Todos los
lectores…
Todos los gerentes de ventas…
Bajo el puente, mientras llueve, una oportunidad de oro
para verme a mí mismo:
como una culebra en el Polo Norte, pero escribiendo.
Escribiendo poesía en el país de los imbéciles.
Escribiendo con mi hijo en las rodillas.
Escribiendo hasta que cae la noche
con un estruendo de los mil demonios.
Los demonios que han de llevarme al infierno,
pero escribiendo.
Autor: Roberto Bolaño
Título: Mi carrera literaria
Vía:Tomashotel
Etiquetas: La literatura está en todas partes
3 Comments:
Hermosa esta perspectiva demoniaca del escritor: nos vemos en el averno, ¿no?
commented by ©Javier Miranda-Luque, mayo 14, 2008 11:42 p. m.
Con respecto a Bolaño, faltó todo menos buena literatura.
Javier: en lo personal, casi siempre termino por pensar que el averno es Caracas. Será un gusto verte un día de estos en sus calles de fuego, pavimento y olvido.
José M: es verdad. Sobre todo faltaron unos años más. Gracias por la visita.
José M: es verdad. Sobre todo faltaron unos años más. Gracias por la visita.