C´est une vache, mon amour
domingo, noviembre 25, 2007
This is a cow
C´est une vache
Kore wa meushi
Zo para
La pobre.
La verdad es que con el tiempo, no dudo que los bolifuncionarios más fachas y fanáticos terminen por decirnos que lo importante en la vida, precisamente, es alimentar a nuestros hijos con los refritos que en su momento escribó la loca de Marta Harnecker.
Al llegar a casa, busco la pintura de Aurelio García. Es esta:
Y eso es todo, pues en sintonía con la falta de leche, aquí tampoco hay moraleja.
Autor: Aurelio García
Título: Reforma Agraria (2002)
Características: 50 x 100 cm. Acrílico sobre lienzo.
Etiquetas: Actos de Caligrafía
Cuéntame una historia (1)
sábado, noviembre 17, 2007
Instrucciones:
1. Mire con detenimiento la imagen.
2. Invéntese una historia.
Etiquetas: Actos de Caligrafía
Equinocciales
miércoles, noviembre 14, 2007
Esta noche, a las 7.30, en el ciudad Banesco de Bello Monte se presenta la Colección Papiros 2007. Entre ellos, está El amor en tres platos, libro de Héctor Torres, uno de los amigos cercanos de este blog.
Etiquetas: Post-it
Carreño
jueves, noviembre 08, 2007
Para el día de hoy, casi todos los periódicos reproducen esta imagen:
No es, precisamente, un performance de aquella vieja foto en las colinas de Iwo jima. La realidad, como de costumbre, es más plana, más chata: apenas describe el momento en que dos supuestos estudiantes chavistas, uno de ellos con una pistola en mano, intentan abrir una puerta que bloquean dos supuestos estudiantes opositores que, de manera bastante explícita, se encuentran en una situación que sin muchos rodeos podríamos calificar como un problema. No se alcanza a ver en la foto, pero el estudiante con franela naranja lleva una franela con la consiga de no a la reforma.
El resultado: plomo, heridos, confusión, horror patrio.
Ayer mismo, después de ese episodio, el ministro del interior, famoso por la vez en la que denunció la forma como direcTV espiaba a través de sus decodificadores, decidió perpetrar una cadena nacional en la que, palabras más, palabras menos, acusaba a los estudiantes de oposición de los disturbios ocurridos dentro de la universidad central. O lo que es lo mismo: una cadena que exige transformar el significado de la imagen que acompaña este post. Si le hacemos caso a Carreño, entonces deberíamos concluir que el estudiante de franela naranja y el otro, vestido apenas con un pantalón bermuda, en realidad esconden en su interior una peligrosa amenaza terrorista a punto de herir, con singular maldad, al indefenso grupo de estudiantes que están del otro lado y donde uno de ellos blande una pistola en su mano, un gesto que, seguramente, simboliza la lucha por la libertad y el conocimiento. O el amor profundo por la obra de los postestructuralistas franceses.
En todo caso, el resultado de la cadena de Carreño fue sencillo, esquemático, parcializado: poco importaba que los acontecimientos acababan de ocurrir. Poco importaba que los cuerpos de seguridad del Estado no estuvieron (o no debíeron estar allí), pues eso violaría la autonomía universitaria y que, en consencuencia, no estaban en capacidad de darle informes. Poco importaba que el ministro Carreño no tuviese ningún elemento para, desde una cadena nacional, es decir, desde el Estado, acusar al grupo político que adversa su legítima pero parcilizada visión política. Solo hacía falta una cosa: la voluntad, la decisión del ministro Carreño. O lo que es lo mismo: Being Carreño.
Es triste, pero vivimos en tan mala hora que en cierta forma parece que hay que contentarse con que al menos no se comportó como su hermano quien, a principios de la semana, acabó metiéndole un disparo en las costillas a un médico en la ciudad de Barinas. Curiosamente, el motivo por el que el hermano del ministro Carreño disparó a otra persona fue, precisamente, como una forma de dejar sentado un punto en una discusión sobre la reforma a la constitución. No sería raro verle declarar que el violento médico permanece hospitalizado con el disparo en las costillas, terroristamente.
Así que no era, no tenía por qué ser una sorpresa cuando esta mañana, al llegar a la universidad católica me encontré con que los estudiantes habían trancado la avenida. Era, en realidad, lo menos que podían hacer.
Esperando, en la cola, una estudiante me entregó un pequeño panfleto con este texto. La imagen del panfleto es la del ministro Carreño en la cadena nacional del día de ayer, con la nariz pintada. De payaso.
Dice así:
CARREÑO
MENTIROSO
PAYASO YA NADIE TE CREE
La marcha estudiantil al TSJ fue totalmente pacífica hasta que unos desaptados nos atacaron. Y en la noche sales tú con tremendas bolas a mentirle al pueblo.
¿Eso se come con leche, azúcar y huevo?
Etiquetas: Algo Huele Mal En Dinamarca
Faltan datos
miércoles, noviembre 07, 2007
Todo parece indicar que Haruki Murakami se ha vuelto un autor de moda.
La realidad es que Murakami viene haciendo su trabajo desde finales de los años 70 y que algunas de las obras que recién se comienzan a leer en occidente vienen con la demora que implica su transformación desde los elegantes idiogramas con los que fueron escritas a nuestras angulosas letras latinas. En el caso de Murakami, el trabajo ha sido un trabajo doble: además de autor, Murakami también se ha dado a la tarea de traducir al japonés algunos textos occidentales, caso en el cual sus servicios a la literatura, naturalmente, se duplican.
Hace algún tiempo leí una de sus novelas: Spuknit, mi amor. Habrá a quien le guste, pero no tuve demasiada suerte. Me aburrí tanto como puede hacerlo una ostra (en caso de que tal capacidad pueda aquejar a una ostra lectora que, además, pueda tener algún tipo de pasión por la lectura -digamos, una pasión insana por explorar la Lobster Library de la universidad de Maine). Aún así, al terminar de leerla me quedaron dos o tres cosas claras. Eran estas:
1. Murakiami era agradable. (o para decirlo en otra terminología: un autor purificante).
2. La historia sugería un leve desplazamiento a cierta coloquialidad occidental quizá no tan explotada por otros autores japoneses.
3. La razonable convicción que habría que darle otras oportunidades.
He podido constatar que más allá de las páginas elogiosas, no es mucho el material suyo que se puede conseguir en internet. Resalta, sobre todo, un fragmento de una de sus novelas, Dance dance dance. El fragmento, en todo caso, vale la pena. Y mucho. Comienza así:
Había una mujer que de vez en cuando se quedaba a dormir en mi apartamento. Luego desayunábamos juntos, y ella se iba al trabajo. Tampoco ella tiene nombre, pero sólo porque no es un personaje de esta historia. Aparece brevemente y desaparece enseguida. Por eso no le pongo nombre, para no liar las cosas. Pero que nadie piense que me la tomo a la ligera. La apreciaba mucho, y la sigo apreciando ahora que ya no está.
Eramos amigos, por así decirlo. Era, al menos, la única persona con la que podía decir que me unía cierta amistad. Tenía un novio formal, que no era yo. Trabajaba en una compañía de teléfonos, preparando las facturas con el ordenador. Ni yo le pregunté sobre su trabajo ni ella me contó demasiado, pero creo que era eso. Calcular el montante de las facturas telefónicas de otras personas, preparar los recibos, algo por el estilo. Por eso todos los meses, al ver en el buzón el recibo del teléfono, me daba la impresión de estar recibiendo una carta personal.
Continuación...
Imagen vía: eldigoras.com
Etiquetas: La literatura está en todas partes
Hogar
sábado, noviembre 03, 2007
If I when my wife is sleeping
and the baby and Kathleen
are sleeping
and the sun is a flame-white disc
in silken mists
above shining trees,-
if I in my north room
dance naked, grotesquely
before my mirror
waving my shirt round my head
and singing softly to myself:
"I am lonely, lonely.
I was born to be lonely,
I am best so!"
If I admire my arms, my face,
my shoulders, flanks, buttocks
again the yellow drawn shades,-
Who shall say I am not
the happy genius of my household?
Lo cual en una traducción más o menos salvaje diría algo así:
Danse russe
Si yo, cuando mi esposa duerme
y el bebé y Kathleen
duermen
y el sol es un blanco disco de fuego
entre brumas sedosas
sobre árboles resplandecientes;
si yo, en mi habitación norte
bailo desnudo, grotescamente
ante mi espejo
agitando mi camisa sobre de mi cabeza
mientras canto para mí en voz baja:"Estoy solo, solo.
Nací para ser solo,
¡estoy mejor así!".
Y admiro mis brazos, mi cara,
mis hombros, flancos, nalgas
contra las amarillas sombras dibujadas.
¿Quién se atreverá a decir que no soy
el feliz genio de mi hogar?
William Carlos Williams
Texto Vía: Ocurre a Diario
Autor: Manuel Álvares-Arenas Bayo
Título: Household goods
Etiquetas: The Authors Studio