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Argonáuticas 2.0

Detectivismo Literario

Short-list: III Premio Iberoamericano Planeta-Casa de América

sábado, marzo 28, 2009



Casi siempre leo los lejanos short-list que Iván Thays informa amablemente en su Moleskine Literario sobre los premios del mundo. El Booker, El National Book Critics Circle Award, el O´Connor de Cuentos, tantos otros. En la casi totalidad de los casos, se trata de autores lejanos, muchos de ellos ni siquiera vendidos en Venezuela, o sí, pero igualmente remotos.

Es por eso que es un gusto cuando esta semana, vía Ficción Breve, me entero que el escritor venezolano Israel Centeno, forma parte del Short-list del III Premio Iberoamericano Planeta-Casa de América.

Creo que es un tema de estricta justicia cruzar los dedos por el triunfo de este autor de esta cosa extraña que llamamos país. Venezuela necesita algo más que un gorila militar que calienta los tórridos corazones de tantos leftist europeos de mala fe y de una que otra señora de Nueva Inglaterra para quien la mejor forma de oponerse a la tragedia que fue Bush es sonreirle a la tragedia que sigue siendo Chávez. Necesita algo más que mujeres flacas y tetonas que, de tanto en tanto, se ganan algún concurso en Manila y lloran un poco ante las luces febriles de un centenar de cámaras. Necesita mucho más que unos sujetos con cachuchas y zapatos de tacos, con problemas de lenguaje y corazones nobles, aunque casi siempre dedicados a emociones intrascendentes, que hacen millones de dólares golpeando o atrapando pelotas sobre la grama simétrica de tantos stadiums de beisbol de los Estados Unidos.

Cruzo los dedos, pues creo que es de las pocas cosas buenas que nos puede pasar en esta mala hora: que nuestros escritores comiencen a ganar espacios en el exterior, que esa mentira benévola que es la narrativa nacional comience a crecer más allá de estas fronteras asfixiantes donde prevalece un grito, un uniforme verdeoliva, el discreto encanto de la barbarie.

Aquí, la short-list:

Bajo las hojas, de Israel Centeno (Venezuela)
La cena, de Simon Templar (seudónimo) (Argentina)
El dinero del diablo, de Jean La Fargue (seudónimo) (México)
El fabricante de ausencias, de Francisco Rivas (Chile)
Más liviano que el aire, de Carla Oralesgui (seudónimo) (Argentina)
La mitad perdida, de Bonaventura (seudónimo) (España)
La semana tiene siete mujeres, de Sarita Colonia (seudónimo) (Perú)
Un señor de la frontera, de Geffrey Firmin (seudónimo) (Uruguay)
Yerba santa, de Elvis Infante (seudónimo) (México)
Zabiega, de Ageibaz (seudónimo) (España)

Imagen vía: El Periódico de Extremadura

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Por P. E. Rodríguez/R.Coll, 5:55 p. m. | Enlaces | 2 comentarios |

Virxilio

lunes, marzo 23, 2009



Me fascina la historia de Virxilio Viéitez (Soutelo de los Montes, 1930).

La descubrí hace ya un buen tiempo, paseándome por el blog de escritura ocular de Javier Miranda Luque, y desde entonces no se detiene mi encantamiento. Como comenta, con justicia,Sofía Moro, para soitu.es:

El día que Christian Caujolle, director de VU, una de las más prestigiosas agencias de fotografía del mundo, conoció la obra de Virxilio Vieitez, supo que tendría que replantearse la historia del retrato fotográfico del siglo XX. Justo ese mismo día Virxilio veía una exposición de fotografía por primera vez en su vida: la suya propia.

En efecto, Virxilio Viéitez fue un genio autodidacta de la fotografía hasta el límite del desconcierto.

Fotografió. Y lo hizo mucho, pero sus fotografías nacieron del interés pragmático de responder a una necesidad demasiado obvia: sacar las fotografías que los pobladores de Soutelo de los Montes, en Pontevedra, Galicia, necesitaban para sus actividades de notaria.

Comenta El País, en su Obituario:


Campesinos, niños con traje de fiesta, viudas enfundadas en sus trajes negros o cortejos fúnebres pasan ante su cámara que siempre capta a las personas al aire libre y en un entorno que descubre la dura realidad social de la época. La mayoría de las fotos que realizaba estaban destinadas a ser incluidas en documentos oficiales y Vieitez tenía que recuadrarlas para hacer desaparecer el paisaje que salía reflejado en ellas. Años después ese entorno reapareció para descubrir la miseria que rodeaba a los personajes de la Galicia de esa época.


Como en un cuento de hadas, el blogger Victor Roblas señala:

No alcanzó ningún reconocimiento hasta que en 1997 su hija montó una exposición con sus fotografías en Soutelo, que sería vista por Manuel Sendón y Suárez Canal, los que tratan por todos los medios de que la obra del soutelano sea conocida no sólo en Galicia, sino en todo el mundo.


Estas son algunas de sus maravillas:











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Por P. E. Rodríguez/R.Coll, 3:40 p. m. | Enlaces | 2 comentarios |

Tolstoi y la desmesura

miércoles, marzo 11, 2009


Siempre he querido a Tolstoi. Lo he hecho desde una época remota, cuando comencé a descubrir sus libros de carátulas tristes y raídas en las tiendas de viejo que entonces existían en la ciudad vasta y plana donde nací. Era una época en la que todavía era un niño y sentía cierta diversión en espantar las palomas de una plaza con un águila y un piso ajedrezado, una época en la que mamá solía complacerme y entrar al espectro de un museo de antropología que yo recorría con una avidez que no podía entender. ¿Cómo podría saber entonces que con los años amaría escribir? ¿cómo saber, ante esa realidad vívida, con ese aire vagamente enrrarecido por el vuelo de los pájaros, el crujido de la madera y el grito de los rincones oscuros de un museo, que en realidad me preparaba para alimentar el dulce dolor de una nostalgia privada? Ya, desde entonces, yo quería a Tolstoi.

Lo quise más cuando algunos años después leí La muerte de Iván Ilich bajo una bombilla amarillenta desde una ventana que señalaba a la misma ciudad, pero esta vez gris y encapotada, y comprendí de una vez y para siempre que la muerte era una cosa extraña que daba pena y que alguna vez me ocurriría a mí.

Lo seguí queriendo cuando compré mi primera edición de Guerra y Paz, un libro de formato grande, con ilustraciones románticas y páginas amarillas. Igual ocurrió cuando, aún después, me hice de una linda edición de Anna Karenina, una novela que (por un pertinaz sentido de la asociación), nunca dejo de asociar con el rostro de Omar Sharif en la versión cinematográfica del Doctor Zhivago de Pasternak.

Hace un rato, leyendo esa maravilla que es el Moleskine Literario de Iván Thays, me encontré con una referencia a un texto escrito por Guillermo Saccomanno en el radar de libros de Página/12.

La parte que más me gustó del texto de Saccomanno dice así:


A los cincuenta años, cuando podría reposar en su fama de artista y hacendado, Tolstoi lanza Mi confesión: “Sentí que aquello en que se apoyaba mi vida se rompía, que no encontraba ningún asidero, que lo que había construido mi vida ya no existía, que moralmente no podía vivir”. En el mismo período de crisis escribe el ensayo ¿Qué es el arte?, dueño de una mordacidad que le significará un camino sin retorno. Le indigna que una gorda soprano gesticulando a los gritos, como si alguien pudiera así expresar sus sentimientos con tanta estridencia, o un director de orquesta, con ese autoritarismo caprichoso típico, puedan ganar más que el obrero detrás de escena que se amasija como tramoyista. Le indigna que se gasten millones de rublos en academias, teatros y conservatorios, y apenas la centésima parte en educación. Le indigna que, en las grandes ciudades, centenares de millares de obreros –carpinteros, albañiles, pintores, tapiceros, sastres, peluqueros, joyeros, impresores– consuman su vida en trabajos forzados para satisfacer la necesidad de “arte” de un público aburrido y pretencioso. Tolstoi traza un relevamiento concienzudo de las discusiones sobre estética desde la antigüedad. No hay disciplina como la estética que se haya prestado, según Tolstoi, a tantas y tantas lucubraciones abstrusas. Y la definición de belleza, en tanto, sigue en discusión. Cualquier petimetre habla de arte, pero nadie sabe para qué sirve. A una edad en que tantos se jubilan y apoltronan, Tolstoi carga contra los críticos, las modas y la frivolidad, da vuelta otra página de su biografía y se dedica a construir escuelas, redactar un Nuevo Abecedario, una compilación de relatos brevísimos, y cuatro Libros rusos de lectura. Contra los juicios más adversos, estos libros venden más de un millón de ejemplares. Tolstoi se explica: “Mi ambicioso sueño es el siguiente: que durante dos generaciones todos los niños rusos, tanto los de la familia imperial como los de los mujiks, se formen con estos libros y extraigan sus primeras impresiones poéticas, y yo pueda morir en paz”.

Una maravilla tan desmesurada e inmensa como la misma Rusia, ¿no?

Imagen vía:micaelamontes

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Por P. E. Rodríguez/R.Coll, 2:13 p. m. | Enlaces | 4 comentarios |

The John Barry Award for New Fiction in Spanish

Surfeando, llego de pronto a la página del The John Barry Award for New Fiction in Spanish.

Esto era lo que decía John Barry, al referirse al lugar de la narrativa en español en su ciudad:

For more than a decade a group of Chicago writers has been writing fiction, poetry and essays in Spanish, working in relative obscurity but persevering and slowly growing in number. They have published texts in literary and cultural magazines in Chicago, Latin America and Spain and have produced several books of short stories and poetry and even few novels, yet their work is largely unknown, even within our city.

Ni qué decir que la situación que Barry señalaba para Chicago es, en realidad, la situación para cada casi cualquier ciudad del mundo. Ni qué decir que todo parece indicar que los escritores que escriben en español, en efecto, parecen haber estado trabajando en relativa oscuridad, pero perseverando y creciendo cada vez más. En cierta forma, premios de este tipo ayudan a ese crecimiento.

Las reglas del John Barry Award son sencillas:

The award is given to the best story from among all those submitted, as chosen by a panel of judges appointed by the directors of the foundation. Contestants are limited to people writing in Spanish in the United States and Canada. Stories must be written in Spanish, be 3000 words or less, and must not have been published previously.

Aquí pueden leerse los cuentos que han ganado el premio desde el año 2004. La edición 2009 todavía no ha sido abierta.

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Por P. E. Rodríguez/R.Coll, 1:56 p. m. | Enlaces | 0 comentarios |

Piedras sobre el tejado

miércoles, marzo 04, 2009

Mi solidaridad con los productores de El violinista sobre el tejado, (Michel Hausmann y Yair Rosemberg, de la empresa productora Palo de Agua), así como con el elenco que interpreta la obra, es total.

La historia, en gran medida, ya se sabe. Es así:

Michel Hausmann y Yair Rosemberg, fundadores de Producciones Palo de Agua, recibieron una llamada de un directivo de la Ayacucho, quien les explicó que la institución recibe subsidio oficial y como el Estado se ha declarado en hostilidad con Israel y la obra es de contenido judío, no le convenía a la agrupación ser vinculada con el musical.

Que la Orquesta Sinfónica Gran Mariscal de Ayacucho, uno de los grandes baluartes de la música académica de este país, decline participar en el montaje de "El violinista sobre el tejado" por los motivos por los que lo hace es, a todas luces, un acto de evidente autocensura, un horror, una desgracia, y, sobre todo, una peligrosa decisión que corrobora el espíritu antisemita que alimenta la bolirrevolución del teniente coronel Chávez.

El presidente de la Orquesta, Manuel Torres, ha declarado lo siguiente:

"Ese comentario jamás salió de mi boca. En ningún momento expresé esa frase que dicen ellos, según la cual la orquesta se abstuvo de participar en el montaje porque se trataba de una obra judía. Nunca me expresaría de esa manera en contra de nadie. Ni por raza ni por religión.

La gente que me conoce sabe que jamás actuaría así".

Luego dice esto:

"Inicialmente, cuando en enero Saglimbeni me contacta para que la orquesta participe en el remontaje de El violinista sobre el tejado, le dije al maestro que no sería posible porque se había estipulado que en ese momento tendríamos compromisos y porque la orquesta cumple 20 años de fundada y eso habría que celebrarlo. En ningún momento tenía que darle explicaciones de nada.

Es una decisión que estaba tomada a principios de año", argumentó.

Más adelante, Torres afirmó que para enero la programación todavía no había sido definida, porque esperaban de los teatros las fechas que tendrían disponibles para actuar.


Es obvio que el comentario de Torres resulta inconsistente y extraño.

La réplica de Michel Haussmann al respecto es terminante:

"Las pruebas y la lógica apoyan nuestra versión. Me sorprende la capacidad de mentir que puede llegar a tener una persona. Quise mantener oculta su identidad, porque no quería que esto se convirtiera en una cacería de brujas pero, si su actitud es ésa, nosotros tenemos que defender contundentemente los hechos que ocurrieron. Yo tenía la esperanza de que ellos pudieran aceptar su error. No queríamos decir nombres con la esperanza de que hubiera algún tipo de comunicado valiente. Deben tener la valentía para aceptar lo que hicieron".

Hausmann mantiene su versión, y duda de los compromisos que había asumido la orquesta que le impedirían actuar en El violinista sobre el tejado. "Son compromisos ficticios. Esa orquesta no se presenta desde noviembre y aún no se les ha informado de próximos conciertos. Entonces, la excusa en la que se escudó Torres para no trabajar con nosotros pierde toda validez", dijo.

Haussmann hace este otro comentario que, desde mi punto de vista, es de absoluta validez:

"Estoy seguro de que ni siquiera la persona que nos llamó guarda ese sentimiento en su corazón. Simplemente tiene miedo de que le quiten el subsidio. Y ese miedo los lleva a tomar decisiones erradas, discriminatorias, que violan los derechos humanos. Es nuestro deber, como venezolanos y como judíos, denunciar esto. Si no lo hacemos, lo que pasó seguirá ocurriendo con otras instituciones".

Es, en efecto, un deber.

A propósito del espíritu antisemita bolirrevolucionario, Ana Julia Jatar cita en su blog este comentario bolirrevolucionario que, si bien proviene de un desajustado anónimo, ilustra bastante bien la retorcida visión que uno puede captar del bolifuncionariato nacional:

From: jotaeme19@yahoo.es
> Subject: habla paja
> To: anajulia@msn.com
>
> primero decirle q el estado venezolano no tiene porque estar de la mano de ningún apoyo a los judíos, acaso tú vieja mujer deleznable viste el genocidio contra el pueblo palestino? Por que decir ataque “resuelto"; sí tú sabes Coño de tú madre que fue un robó donde el gobierno no tuvo nada que ver? Nombres a josé antonio abreu…yo estoy de acuerdo q se acabe ese vil apoyo a orquestas sinfonías,representantes de la música europea y burguesa,así que te regaló a josé antonio abreu…dices q tú papá fue fundador de acción democrática…y eso lo dices con orgullo ? En esa época el q no era ladrón, era asesino, de qado estaba tú papá ? Y hablas de que tú esposo y tú hija son judi@s sabes q escualidos burguesa peorra? Anda a lavarse tú culo…y tu maldita escualidos y tú familia judía donde se encuentre será siempre como lo dijo el libertador de españoles y canarios: contado con la muerte donde quiera que se
> encuentren…ya no volverán…

No se trata, naturalmente, de un juego. El modo como este tipo de mensajes se convierte en acciones puede verse precisamente aquí, durante la dolorosa y trágica incursión (ya plenamente reconocida) de un importante número de sujetos pertenecientes a los cuerpos de seguridad del Estado a la Sinagoga de Maripérez.

En el momento en el que escribo este post hay un absoluto silencio por parte del funcionariato del Estado.

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Por P. E. Rodríguez/R.Coll, 3:18 p. m. | Enlaces | 5 comentarios |