Los Reinos de Filotirania
sábado, mayo 20, 2006
Uno puede disentir con Mark Lilla en algunos aspectos gruesos de su libro más comentado: "The Reckless Mind: Intelectuals in Politics", traducido para estas latitudes como "Pensadores Temerarios". En lo que es difícil no estar de acuerdo es, desde luego, en la utilidad de ese término que Lilla se permite acuñar en el ensayo final del libro: el intelectual filotiránico.
Para decirlo con algo del énfasis que le coloca Mark Goldblatt, y que permite matizar, quizá, un poco del eufemismo del término filotiránico:
Lilla’s book reminds us that some of the most renowned European thinkers of the 20th century were high-octane sons of bitches
La historia, lastimosamente, es larga. Larga y prolija, si nos atenemos al hecho de que, después de todo, la fascinación filotiránica no ha dejado de mostrar su virulento sentido del contagio en ambos lados de eso que, a falta de mejor nombre y menos dogma, nos hemos convencido en llamar derechas e izquierdas pero que, en el fondo, tantas veces esconden una misma ética unidimensional y personalista camuflada de variaciones estéticas.
En estos días leí, en el elegante blog de GJPW, Venepoetics, un artículo publicado en el The Sunday Times, firmado por Ian Buruma que me ha hecho recordar la tesis de Lilla.
El artículo es bueno. Muy bueno. Tanto como la cita de Reinaldo Arenas con el que comienza.
Para decirlo con algo del énfasis que le coloca Mark Goldblatt, y que permite matizar, quizá, un poco del eufemismo del término filotiránico:
Lilla’s book reminds us that some of the most renowned European thinkers of the 20th century were high-octane sons of bitches
La historia, lastimosamente, es larga. Larga y prolija, si nos atenemos al hecho de que, después de todo, la fascinación filotiránica no ha dejado de mostrar su virulento sentido del contagio en ambos lados de eso que, a falta de mejor nombre y menos dogma, nos hemos convencido en llamar derechas e izquierdas pero que, en el fondo, tantas veces esconden una misma ética unidimensional y personalista camuflada de variaciones estéticas.
En estos días leí, en el elegante blog de GJPW, Venepoetics, un artículo publicado en el The Sunday Times, firmado por Ian Buruma que me ha hecho recordar la tesis de Lilla.
El artículo es bueno. Muy bueno. Tanto como la cita de Reinaldo Arenas con el que comienza.
Etiquetas: Algo Huele Mal En Dinamarca